EL VALOR DE LA AMISTAD - LA FORTALEZA (3)


¡Hola!
Un Lunes más y con él os traigo otro relato.
Un relato que escribí hace algún tiempo y que ahora, al rescatarlo me ha revuelto algo por dentro. Mis amigas, las reales, son tan fantásticas que podrían ser sacadas de un libro. No podría pedir más. Por eso les dedico esta entrada, y por si quieren sacar alguna idea para el futuro. J
¡Feliz lunes a todos, hasta pronto!



LA FORTALEZA

Nadie pudo, ni quiso imaginarse, de que seriamos capaces nosotras. Es imposible describir en una página qué fue lo que nos impulsó a hacer semejante locura. Sin embargo, aquí estamos. Tomando el control de nuestras vidas como si nunca hubieran existido pautas, ni órdenes, ni conductas.

Las mujeres, menudo espécimen raro el nuestro, capaces de soportar la regla, el parto, las desigualdades profesionales y económicas, algunas, hasta el maltrato; e incapaces de soportar la degradación lenta y dolorosa de nuestras relaciones sentimentales. Totalmente adheridas a nuestras parejas, a nuestros hombres, orgullosas de ser amadas y tremendamente cegadas bajo el simbolismo protector de éste.
Luchadoras hasta el fin, convencidas de nuestra postura, escalando posiciones abstractas hasta llegar a, la soñada, armonía matrimonial o, por el contrario, al divorcio.

Nosotras, ninguna sufría un anterior divorcio ni maltrato, pero si sufrimos desengaños, rupturas, infidelidades, pasotismo típico viril, manipulaciones psicológicas etc.
Y en todo esto, descubrimos, que da igual lo que hagamos nosotras, en la mayoría de los casos, ellos deciden, como, cuando y porqué se hacen las cosas, y en la minoría y soy consciente de que también funciona: “cariño, que te parece si…”. Esta es nuestra estrategia”.

Era divertido vernos a todas criticándolos, humillándolos, sin que nada ni nadie nos parase, ¿pero de que servía todo aquello?, en el fondo, todas seguíamos enamoradísimas de nuestros hombres, con esa postura esperanzada de que “sabemos” que algún día van a cambiar.

Y, dejad que les diga algo de lo que realmente estoy segura: ¡NUNCA CAMBIAN!

Laura se quejaba de que su marido no contaba con ella para ir a ninguno de los eventos especiales; como solían ser cenas de empresa, aniversarios de amigos, o incluso, y a mí me pareció muy fuerte: cenas, comidas familiares y bodas. Se avergonzaba de ella. Quizás porque Laura después del segundo embarazo, no pudo controlar su peso, y al final se apoderaron de ella los kilos que jamás había tenido, que siempre había detestado, y ahora se veía obligada a cargar, junto con sus dos hijos. Mientras él, acomplejado del trasero de su esposa, y del carácter agrio que gastaba, se procuraba siempre alguna excusa para asistir solo a sus reuniones.

Silvia, otra que tal, perdona una infidelidad, dos, quizás tres y ya no nos lo dice por vergüenza. Eso, un sinvergüenza es lo que es su novio. Un tío -eso sí- guapo, fuerte, elegante, artista, bohemio, seductor. A ella le pone, pero claro, con sus pros y sus contras. Su ajetreada vida social hizo que te enamoraras de él. No intentes atarlo, Silvia, en serio. Ni lo pruebes. Disfruta y busca a un hombre dulce que te quiera y te respete.


Qué decir de Eva, enganchada a todos los ansiolíticos del mercado, echándole la culpa a un hombre que jamás hemos conocido aunque sabemos más de él que su propia madre: no le cabe un preservativo normal, es alérgico a los pistachos, le gusta el cine erótico y es fan de Alejandro Sanz. Por Dios, Eva, ¿es que no sabes escoger? Desde cuando un hombre es fan de Alejandro Sanz, ahí me lo dices todo.
Pues el que parecía tonto, se las ingenió para compaginar su vida laboral con un bombón de veintiún años al que llamaba: Bomboncito en unos mensajes de texto que Eva encontró en su móvil. Cuando hablaron e intentaron arreglar las cosas él le dijo que últimamente no se arreglaba nada y que ya no sentía lo mismo.
           
Qué cosas tiene la vida y el amor, menudo problema. La mayoría de las mujeres buscamos lo imposible, queremos que nos amen, que nos hagan suyas, aunque sin perder nuestra libertad, nuestro espacio vital para conservar nuestras amistades, nuestros vicios, nuestro trabajo. Yo, por el momento, sigo soltera. Creo, que este estado me proporciona cierto poder. No tengo fantasmas. Bueno, sí. Alguien me hizo daño en su momento, pero lo olvidé y ahora sigo mi camino libre como el viento. Que es como siempre he querido ser: Libre.

Se nos ocurrió una idea de lo más descabellada: Vivir juntas. ¿Podríamos prescindir de los hombres? A todas nos encantó la idea y sin darnos cuenta estábamos iniciando un proyecto que nos haría disfrutar de la vida más de lo que imaginábamos. Parecía muy complicado: Dejar nuestras casas, nuestras cosas, nuestro yo individual de nuestro espacio. Pero, a todas nos hacía brillar la mirada cuando soñábamos con esto.
Todas teníamos algunos ahorrillos. Laura tomó la iniciativa a pesar de ser la que tenía la situación más complicada. Sus hijos, que todavía eran pequeños se posicionaron enseguida: Querían vivir con su madre y con sus tres tías. Sería divertido. A él le vino de sorpresa, como quien no cree merecer una venganza. Laura dice que lloró. Lloró de humillación, su gorda esposa lo estaba plantando. Y con ayuda de sus amigas, consiguió la custodia y el cincuenta por ciento del valor del piso familiar, que vendieron tres meses más tarde.

Para ese entonces ya habíamos alquilado la Masía que nos acogería a todas. La Fortaleza le llamábamos. Era lo suficientemente grande como para vivir todas y conservar nuestra intimidad. Silvia consiguió, una vez instalada, dejar de ver al trotamundos que la engañaba cada día con una. Suponemos que no le traumatizó mucho porque pronto la veíamos sonreír, jugar con los pequeños y encargarse de casi todo. Facturas, instalaciones, mantenimiento. Sin ella no habríamos podido convertir La Fortaleza en un hogar, al menos no tan rápido.

Con Eva lo tuvimos más complicado, pero no fue imposible su recuperación. Su autoestima estaba por los suelos y no creíamos que estuviera disfrutando del proceso, como estábamos haciendo todas. Lloraba cada vez que salíamos del barrio y nos adentrábamos al bosque. No creía que la vida le estaba brindando una oportunidad de ser feliz, ya lo había sido –decía-, y era cierto. Eva amaba a su marido muchísimo y él a ella, pero aquello se acabó. Poco a poco empezó a interesarse por el terreno, salía a correr por las mañanas, volvía con un hambre de mil demonios y preparaba unos guisos estupendos.
Pronto conseguimos crear nuestra propia familia y vivíamos en nuestro hogar. Cada una con sus vidas. Y todas disfrutando de nuestras sonrisas, nuestros enfados, nuestros periodos de regla, depresión, euforia. Todo Juntas.  

Y todo esto, todo lo que hemos sufrido, toda nuestra lucha, nuestro convencimiento, nuestra amistad; todo ello nos ha llevado a la felicidad. Y no nos va tan mal. Los niños de Laura crecen en un lugar hermoso, tenemos dos perros guardianes que se han convertido en los hombres de la casa. Y cuando los chicos crezcan, también lo serán.

Ahora, desde la terraza de mi habitación escribo todo esto con satisfacción. Las veo a ellas y estoy muy orgullosa de lo que hemos conseguido. Una mujer es capaz de todo. Eso me enorgullece. Pero, ¿y el amor? Podrá todo esto solapar las ganas que siento de amar. ¿De enamorarme? De sentir el calor de un hombre a mi espalda. De despertar mirando al ser con el que quieres compartir la vida.
-          ¿qué haces tía? –vino a preguntar el pequeño Sergio-.
-          Nada cariño. Sueño.


Comentarios

  1. Es muy bonito y tus amigas estarán orgullosas. De todas formas reconozco que me gusta más tu faceta de acción.
    Besos y a seguir escribiendo

    ResponderEliminar
  2. Muy emotivo. Me gusta esa frase final: "Sueño". :D
    Besotes

    ResponderEliminar
  3. Norah!! Yo ta,bién reconozco que disfruto mucho más mi faceta de acción! jajajaja. Gracias por el comentario :)

    MaryLin, ESo prentendia, que fuera emotivo. En realidad es como: Siempre deseamos lo que no tenemos, ¿no?
    ¿Será que debemos pasarnos la vida soñando?
    Gracias por leerme. Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Sin palabras... mira que a mi me encanta hablar jeje. Bromas aparte, es lo primero que leo tuyo y me a emocionado hasta las lagrimas. Para mi la amistad es muy importante y quizá de las cosas mas difíciles de mantener. Aunque aquellas que son capaces de sobrevivir al tiempo, la distancia, la rutina, las diferencias... esas son las buenas aquellas que valen la pena seguir cultivando. Tienes unas amigas geniales, las cuales tengo el placer de conocer. Brindo por muchos años mas de hermosa amistad, Salud!!! Abrazo fuerte, Elena =-)

    ResponderEliminar
  5. Elena, guapa. Qué ilusión que te hayas pasado por mi blog y me hayas escrito! Es genial!
    Sé lo importante que és la amistad, porque, como ya sabes, la he sufrido mucho. Pero creo que la vida me ha recompensado con algo tan bueno que debo mantenerlo siempre. Es muy preciado en este mundo de locos tener amigos. Te mando un abrazo muy grande para ti tambi´´en, y espero volver a verte en alguna ocasión!

    ResponderEliminar
  6. Carinete q ploruuuu... m'ha encantat, m'ha encantat tant... pd. avere ci ara em deixa publicar,... (q poc m'entenc amb kes máquines..grr) fantástic, brutal, increible... t'estimu. Marteta.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

FELIZ 2022 - MÁS RETOS QUE NUNCA!

CRÓNICA DE UN SANT JORDI COMPLETO

S.O.S - BUSCO OPINIONES :)