LA SOLEDAD DEL ESCRITOR

Hola amigos lectores, 

Hoy quería hablaros de este fenómeno que estoy viviendo en mis carnes y que me imagino que los que también tenéis esta pasión por las letras lo habéis vivido en algún momento. LA SOLEDAD. 

Creo que es algo de lo que no somos conscientes cuando empezamos nuestra trayectoria como escritores. Aprendemos mientras andamos por este camino que:

Escribir es renunciar.

Renunciar a ese tiempo libre que tanto cuesta tener para uno mismo.

Escribir es dejar pasar buenos planes.

Porque cuando se organizan excusiones que sabes que te van a llevar buena parte del día, decides no ir. 

Escribir es posponer quedadas con amigos que no ves desde hace tiempo.

Pues es que ya no va a venir de una semana más, prefiero quedarme a escribir.

Escribir es pedir perdón.

Porque tienes que excusarte mucho, hasta que al final, ya lo comprenden. Los que te aman ya saben lo que hay. 

Escribir es darse cuenta que solo tienes un yogur y cuatro manzanas en la nevera. 

No importa, comeremos pasta. ¿Todavía queda atún? Listo. No hay problema.

Escribir es ser egoísta. 

Es importante saber discernir qué es lo urgente, lo importante y lo que se puede posponer. No nos volvamos locos. Hay miles de cosas más importantes que escribir. 

Pero la magia de escribir es exactamente eso: QUE NO TE IMPORTE.

Que desees la soledad. 

Que llegue un sábado y reces para que no te salga ningún plan, para que no tengas que decir que no a alguien a quién quieres. 

Creo que los míos ya saben lo que pasa conmigo, a estas alturas ya saben que no es que no los quiera, o que no quiera pasar tiempo con ellos, es que DESEO encerrarme a ESCRIBIR.

Es algo que necesito, que me pide el cuerpo, si no lo hago me encuentro mal, me enojo y estoy profundamente irritable. 

He tenido temporadas en mi vida que me era muy difícil ponerme a escribir; el motivo principal es porque tenía un miembro de la familia viviendo en casa y no había espacio para instalar un despacho para mí. Iba con mi Sony Waio de la mesa del salón a la cocina y de la cocina al baño. Y así, era bastante complicado avanzar en cualquier proyecto.

Y sí, tengo que reconocer que estaba de muy mal humor. 

Escribir es una droga, escribir es una necesitad. 

Así que cuando la Editorial Ònix se interesó por mi proyecto de novela tuve que quedarme a hacer horas extras en el despacho donde trabajo porque así podía escribir sin interrupciones. 

Todo se resumía a eso: Escribir, escribir, escribir. 

Finalmente conseguí publicar mi tan trabajada novela ALREDEDOR DE LA MENTE. 

Y ha sido un sueño cumplido, pero con mucho esfuerzo y dedicación. Ya veis. 

Ahora, que ya dispongo de espacio para mi despacho me siento PLENA. Tengo un ordenador de mesa con una gran pantalla que me ayuda a no dejarme la vista cuando escribo y ahora sí siento cómo me acompaña la soledad. Y me encanta. 

Escribir es libertad.

Libertad de crear personajes inolvidables. Escenas perfectas. Romances eternos.

Escribir es volar en el tiempo.

El tiempo es etéreo cuando creas. No miras el reloj para nada. Es perderte en las profundidades de tu mente. 

A todos los que sois adictos a las letras y que sabéis de lo que os hablo:

Mucho ánimo y control.

Recordad que la familia sigue siendo lo más importante. 

No perdamos el norte.

Y ahora que vienen vacaciones... estructurad bien vuestro tiempo.

FELICES Y SOLITARIAS FIESTAS :)